Trabajo desde casa, y envío mis traducciones por correo postal: certificadas o urgentes.
Todo el mundo conoce cómo funciona el correo certificado: el destinatario debe identificarse al recibir el envío, por lo que el nombre de la persona que lo recibe debe coincidir con la del destinatario. Si desea que envíe la traducción por correo certificado a otra persona: un familiar, la pareja, un amigo o amiga, etc., índiqueme nombre y apellidos, para que luego no haya problemas.
Tenga en cuenta que si el destinatario no está en casa cuando le llegue el certificado, o no oye al cartero, recibirá un aviso para que recoja el certificado. Y que para recogerlo deberá identificarse con su DNI, NIE, o pasaporte.
Si desea que le envíe la traducción a una dirección diferente de la dirección de mi factura, tampoco es problema. Tengo clientes que prefieren que se lo envíe a su lugar de trabajo, especialmente cuando trabajan por las mañanas en algún comercio, oficina o despacho.
La otra opción que utilizo es el correo urgente ordinario. Desde hace un tiempo Correos ofrece un servicio de seguimiento para estos envíos, de modo que son tan seguros como un certificado, siempre que tenga un buzón seguro. Si en su buzón no cabe un sobre grande, tamaño DIN A 4, debe avisarme, para que doble la traducción. Prefiero doblarla yo, a arriesgarme que metan el sobre de cualquier manera en el buzón. El servicio urgente tiene un reparto diferente al del correo normal, y a diferencia del certificado se deposita directamente en el buzón, sin avisar al destinatario.
Cada uno de los sistemas tiene sus ventajas.
Ocasionalmente, cuando el cliente tiene despacho en el centro de Valencia y así lo acordamos, también me acerco a entregar la traducción personalmente.