Preparando una sesión informativa sobre cómo hacerse autónomo, he caído en una realidad que no he visto que se trate en ninguna parte, y que sin embargo es fundamental:
Cuando calcules tus costos a fin de determinar el precio de tus servicios, NO TE GUIES POR LO QUE ESTÁS PAGANDO COMO AUTÓNOMO, sino por lo que pagarás cuando dejes de tener la bonificación de los novatos. Lo mismo se aplica a las bonificaciones por pluriactividad (cosa que antes no existía, y a resultas de lo que la Seguridad social me descuenta días trabajados a pesar de que llegué a trabajar 100 horas semanales durante seis meses).
La mayoría de la gente no tiene conocimientos formales de contabilidad, a pesar de lo cual se aclara más o menos a la hora de fijar precios. Sabe que por debajo de determinado precio está ofreciendo su trabajo a precio de saldo, cuando no de esclavitud.
Y si al calcular el precio de nuestros servicios no tenemos en cuenta el precio / coste real de nuestros gastos, incluidas las cuotas de la seguridad social, nos estaremos haciendo la competencia a la baja a nosotros mismos a dos o tres años vista. Y a los colegas, en este mismo momento.
Para verlo de forma gráfica: si la cuota real que pagaremos dentro de tres años es de 350 euros, ahora ya debemos calcular el coste de la seguridad social como de 350 euros. El margen que nos quede nos servirá para invertir en marketing, en formarnos, o para compensar que al principio tengamos menos clientes.
Porque si ahora ciframos el coste en 60 euros y nuestros precios se ajusten a ese coste, cuando ya no podamos beneficiarnos de esa bonificación, o bien perderemos clientes, porque hemos ajustado el precio a los nuevos costes, o bien perderemos en calidad de vida, porque tendremos que trabajar más para no perder, ya que no hemos subido el precio.
Y un comentario respecto de la cuota de la Seg. Social. De momento la base mínima es muy baja, por lo que la cuota resultante es igualmente baja. Pero la cuota de la Seg. Social se puede descontar íntegramente, hasta el máximo legal, como gasto en las liquidaciones trimestrales, por lo que teniendo un colchón mínimo, que es el que cualquier persona con un poco de inteligencia sabe que necesita, la base de cotización debería asemejarse al máximo al ingreso neto real.
Y aparte del colchón para imprevistos, lo que necesitamos controlar son los pagos. El máximo legal recomendado son 30 días, y 60 el máximo legal tolerado. Cuando vamos a comprar el pan o la leche, nadie nos fía, tenemos que pagar a tocateja. ¿Por qué entonces deberíamos financiar a nuestros clientes? Porque si dejamos que nos paguen a más de 15 días, les estamos financiando. Con el dinero que no nos pagan están pagando otros servicios o bienes que no son nuestros ni les hemos vendido nosotros.
